viernes, 29 de enero de 2010

HOJA DE VIDA Número 30 - Revista virtual de Poesía -

Tupacamaru. Miguel O. Menassa
Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 30. Domingo 24-1-2010
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso
Abrazo del Viento. Miguel O. Menassa

TRAEDME UNA HORA QUE VIVIR

Traedme una hora que vivir
y será ese encuentro decoroso
con el tiempo sin sus letras
sin su tiempo alumbrado
en la conversación
de la página en blanco
abierta, humana, desnuda,
ligera, en sus propios límites.

Traedme una hora que vivir
y volaré en el poema
como paloma de alas infinitas
ascendiendo al universo
en busca de alguna verdad.

Traedme mi cuerpo apasionado,
un beso mío que arda
en la piel entregada, embriagada
en tu boca de fuego.

Traedme una hora que vivir.
La viviré en la palabra
acariciada por los labios
en todas sus sílabas brotando
como el río que nace sin detenerse.

Una mujer mira al mundo
sin miedo
y le hace temblar.

Mónica López Bordón Agua Fresca. Miguel O. Menassa

HOMBRE QUE MIRA A TRAVÉS DE LAS SOMBRAS
I
Como querría una suerte distinta para unas palabras
hundidas en los abismos submarinos.


Como querría desatar la confusión del crepúsculo
y recorrer palmo a palmo
los márgenes del río
para redimir los silencios
que descifran la condición humana.


Me cuesta, me cuesta como no puedes imaginar
descubrir el rumor de los hombres,
los inacabables tentáculos
que emergen de sus miradas
para explicar el sobresalto y el desorden.


Me cuesta nombrar los árboles de raíces profundas,
la pequeñez de tu asombro,
la fatiga que mueve las caídas
el veneno de las alturas,
el futuro y la ironía.


Como querría que este dolor insostenible,
apagara mi rabia,
que esta espesura de aire maldito,
abandonara mis pulmones,
que la muerte, por una vez, perdiera su asténica
puntualidad
y vaciara de acidez mi corazón,
como querría…
que no me costara…
¡nada!.

Vicente Prada Gómez
Amores de invierno. Miguel O. Menassa

¡AY! ¿ES UN DOLOR?

El silencio espeso anda por las callejas,
el dolor como anacoreta consumido en ardor,
da un paso y otro, y… ¡ay!.

Se agita el aire allí donde el corazón atravesado de una palabra,
palpita y se balancea amenazando salir del pecho,
en una despedida que no deja ir tras el sonido de campanas.

Otro paso más, y…. ¡ay!
Y ahora ¿Quién pasa?
Por donde se ha filtrado esa vena que no lleva sangre,
que rueda hacia la muerte entre las piernas gangrenadas.

Llega el olor a podrido de quien no puede sostener el alarido de la pena.
¿Quien enjugara el salitre del llanto?
cuando baja en desbandada hacia la tierra,
arrastrando las memorias de un cuerpo,
que quemo sus ojos en el abismo del nacimiento.

Duerme, duerme dolor acurrucado en el tiempo del perdón,
no despiertes los hijos de la ira,
acuérdate que necesitaste tantos golpes de amor como de odio,
para batir las alas y poner en medio del tiempo un compás de espera.

Carmen Ortigosa Martín Cenando en casa. Miguel O. Menassa

HURACANES DE SEPULCROS

La ciudad amanece con el silencio
de los pasos dormidos,
envuelta en cuerpos heridos de amargura.

Levanto la mirada,
el atardecer ha caído,
al descubierto queda una piel deshabitada de palabras
batiéndose en duelo con el tiempo,
conjurando conspiraciones
en el jardín prohibido del silencio.

Hay ocasiones en las que una lágrima
humedece el sueño
con el aroma de los recuerdos.

Huracanes de sepulcros languidecen
en esta soledad desnuda,
traspasada
por la herida de la pasión,
tocada por la angustia que acaricia las raíces agrietadas,
con el miedo a vivir,
tatuado en el olvido.

Soledad Caballero Castro
Dentro del corazón. Miguel O. Menassa

NO TAN LEJANO

Su sonrisa no guardaba relación con ese rostro ajado,
ese cuerpo famélico y los pies destrozados.
Pero daba lo mismo, la sonrisa se jactaba de no huir
a otros mundos más acomodados

La anciana venia calle abajo,
a velocidad de vértigo.
En una mano un libro de lágrimas llenas de canciones futuras.
En la otra solo un surco, el profundo surco
que atraviesa desde su palma
hasta el corazón del prójimo.
Y que marca el paso de los años no andados.

Su llanto era calmo, su mirada vaporosa.
Pero cuando hablaba los pájaros detenían su vuelo
Para no ser derribados por palabras de sentencia.
Cuando por fin acertó con la cerradura todo se vino abajo,
tan solo ella quedó flotando en el espacio
con una llave en la mano. Con una llave en la mano
abrió el almacén de estrellas, y las engulló todas
para que hubiese tan solo eso.
Una anciana con una llave en la mano

Francisco Javier Rueda Diago
Entredicho. Miguel O. Menassa


SIEMPRE HUÉRFANO DE TUS LABIOS

veo trazarse el ave en vuelo
de otros labios
una hiedra menuda tiende un puente
de boca a boca
respiro y sigo el ritual cotidiano
de lo olvidable
en la mente surgen conjuntos
de palabras
avanzan en escalofrío sobre una pista
de ceniza
se anudan a mi garganta mientras mi cuello
en flor ondea
y en mis dedos se prende
la humedad
siempre con el mismo aire
de perdonavidas
huérfano enlabio tu nombre desalmado
en ausencia de otro

Piotr Rzany

jueves, 21 de enero de 2010

HOJA DE VIDA Número 29 - Revista virtual de Poesía -

Tupacamarú. Miguel O. Menassa

Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 29. Domingo 17-01-2010
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso


Cosas del espacio. Miguel O. Menassa

DE PURO CALOR TENGO FRÍO

En la noche visto la piel de metáforas
rompo el silencio
su eco anónimo
y el poder de todas las sombras.

Siento el frío del reloj vacío,
levanto la bandera de la paz
y camino…

El humano calor aparece
trazando un corazón enorme que late,
que late sin prisa
en el silbido del viento.

No espero nada.
De puro calor, tengo frío.

Mónica López Bordón
Sueño estelar. Miguel O. Menassa

SIN TITULO

Mira, observa esos corazones tristes,
tenebrosos como funerarias,
donde al cruzar la noche,
vuelven a canturrear
llantos de confusión y escarcha,
sobre aquellas carnes heridas.

Mira, te digo alegre sustancia,
que preguntas por esos labios resecos,
esas bocas llenas de odio,
de no entregarse a azules besos,
resplandores más penetrantes,
que el alcohol y la poesía,
gacelas caminando sobre piedras
que no dejan marca.

Mira, y abre los ojos
y separa el silencio
que navega en la noche
entre bocas cerradas.

Que caminen los corazones
largo tiempo desalentados.

Que vuelen esas bocas,
viajando en callados trenes
por parajes de sufrimiento.

Que besen aquellos ojos,
de cuencas vacías,
de ensangrentadas pisadas,
de futuras miradas,
porque aún tienen vida.

Vicente Prada Gómez
Dama de las magnolias. Miguel O. Menassa

UNA TRISTEZA EN LA MIRADA

Se despierta la noche de Otoño,
entre las sábanas aún tibias donde los cuerpos,
vencidos de nostalgia,
con máscaras de garganta muda
quiebran lágrimas de paso desdibujado
con el viento garabateando amantes de sombra azul.

Se escucha el eco del abismo en el borde del silencio,
bailan unos labios al compás de brazos precipitados,
la sangre se abre a los secretos,
escribiendo en el horizonte con piel de memoria
versos desnudos de tiempo.

Una mirada tatúa el revés de las huellas.

Pasión desatada en los márgenes de la madrugada
de vientre blanco.

Soledad Caballero Castro
Señorita amordazada. Miguel O. Menassa

MI HERMANA GEMELA

Es esa mitad desconocida en la diferencia
que habita en las incógnitas,
y brota en las porfías cotidianas
con la igualdad de la distancia.
Mano contra mano en la espada y el beso
ara y siembra una tierra inhóspita.

Gravado a fuego tiene en la mirada
un unísono de horizontes,
cuando caballos desbocados trotando sobre las pasiones,
arrasan el destino de una dualidad forjada en hierro.

Cuando canta al hombre que llega al encuentro
se pliega al destino con la fuerza de un dios de luz,
surcando laberintos resolviendo el pan y vino cotidiano,
girando sobre los planetas de lunes a diciembre.

Carmen Ortigosa Martín
Mujer de sueño. Miguel O. Menassa

DE PURO CALOR TENGO FRÍO

Oigo sus idas y venidas.
y como un olvido, la siento.
Miro la pantalla y centrado,
Como un bróker al cierre de sesión,
me dejo hacer.
Pero… yo la oigo.
Es como un ronroneo en la habitación de al lado
clavando tacón.
Ella me hace sentir
que puedo abrir
los ventanales para
dejar entrar el
calor tórrido de su entrepierna
acariciando mi fantasía.
Mis manos , transparentes,
como el hielo transparente
seducen con su movimiento
el armario de ideas.
Quisiera contarla
que una vez soñé sin ella
y los océanos colmaron su ausencia
sin notar su falta.

Francisco Javier Rueda Diago
Los dos samurais. Miguel O. Menassa

EMPATÍA

siento detrás de la puerta cerrada
la presencia de la vida
cierta frialdad semejante al hálito del vacío
entre los mundos habitados
algo venido de ninguna parte
mi criatura está de pie en un puente
y no hay nadie más
GRITA LA SOLEDAD

es bueno oler a un perro mojado
cuando uno tiene los ojos húmedos
mis caballos blancos vuelan al cielo
portando sus deseos
mi cuerpo cobra la ligereza del ave joven
en la sombra última
que utiliza sus alas por primera vez

Piotr Rzany

jueves, 14 de enero de 2010

HOJA DE VIDA Número 28 - Revista virtual de Poesía -

Tupacamarú. Miguel O. Menassa

Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 28. Domingo 10-01-2010
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso


Amores de Invierno. Miguel O. Menassa


EMPEZAMOS GANANDO

Amanece la ventana de todo futuro.

Amo la vida así
asomada en sus versos
cuando cae su aroma soñado,
tan desnudo y sutil
que recorre las arterias
hasta llegar a la boca sin detenerse.

Cuando partido en mil, en millones,
se queda abstraído en el cuerpo,
piel insomne de todo tiempo,
que decide volar.

Mónica López Bordón
Encuentros en la bruma. Miguel. O. Menassa

PODREDUMBRE

¿por necesidad de la carne o del espíritu?
¿cómo se empieza a amar?

si pudiera negar al viento lo que arraigaste en mí…

ese otro mar nunca rasca ventanas con dedos huesudos
ni habita la sombra de largas pestañas cortando rodajas de limón
en una luz siempre… siempre diferente
ni duerme acompasando tu respiración a la suya
inhalando toda la negrura de tu corazón
ni despierta de golpe la madrugada en ti acechando
un aire tan gélido que parece que fuera a helarse
con un crujido de un momento a otro…
ni vigila de cerca la próxima luna llena perteneciente
a un pasado hecha en tonos crudos y brillantes
ni supone que es extraño llorar en ti la muerte de alguien
nunca conocido…
ni se desangra en ríos convertidos en polvo
ni en esos árboles que escasean como dientes
de gallinas sin moral en una tierra vieja y despojada
donde nadie con jersey remendado está pintando
de azul cielo la puerta de su casa

si pudiera estallar la savia nueva en rocas manchadas
de hongos…
oler la belleza en cada rosa desprendiéndose
de su cansancio como la piel tibia
que abandona una serpiente

Piotr Rzany
A mares. Miguel O. Menassa

EMPEZAMOS GANANDO

La he visto deslizarse haciendo burlas al crisantemo,
la he visto en parajes que el tiempo no pisó,
ahogar en besos las sonrisas,
levantar el puño entre amos y ciervos,
servir de escudo a la miseria,
arropar de noche la rebeldía,
abrazar la mueca de la agonía,
atraer al hombre hacia la tumba,
bañar vírgenes por la mañana.

He bebido en sus ojos las caricias
y saboreado entre sus nieves, como flor abierta,
la embriagadora voz de su loco semblante.

Es la v de victoria, de vida o de verdugo.
Es la g de ganadora y la b de brillo o de bandera.

-Empezamos ganando-
expresa con su resplandor de huesos inocentes.
Vuelvo a tirar los dados,
oculto mi temblor bajo la piedra,
cuando el viento arrasa tanto deslumbramiento,
no me importa la penuria del camino,
vivo su misterio y lo escribo.

Vicente Prada Gómez
El bosque de las hadas. Miguel O. Menassa

MÁS ALLÁ DEL TIEMPO

Más allá del tiempo y tú nombre
mis pasos consumen el aliento
del lenguaje incoherente de la sangre.

No compartimos los pecados de la carne
cuando caemos en abismos impenetrables
y nos queda la imagen de la deformidad del espejo.

Después llego a mi isla deseada
para llorar la pasión de encontrarte,
el deseo añorado de un retazo de ayer.

¿Entonces, que fue del sueño cóncavo
con aquellos trinos de pájaros que todos oyen?

Ya ves, somos el desencuentro de la historia,
y emergemos una y otra vez,
de los abismos de la memoria
cada vez que comenzamos una pagina,
bajo el mismo sol con diferente calor.

Carmen Ortigosa Martín



Después de bailar. Miguel O. Menassa

ESCRIBO EN TU PIEL


Una historia conocida
envuelve en rojo
las pasiones escritas
con el aullido
de una noche interminable.

El camino se hace abismo
en el margen de la voz.
Mascaras con nombre
de calendario
desatan la violencia de la sangre.

El silencio se hace distancia
buscando en el viento
las sombras que el otoño
llevó hasta los límites
de los cuerpos esparcidos
más allá del vértice oculto.

escribo en tu piel
con palabras sencillas,
el eco de mi cuerpo,
creciendo hasta el límite
de algún laberinto
en la orilla de los versos.

Siluetas pálidas de luna,
giran en un desfilar de palabras,
envuelven en besos
una triste pupila,
murmurando eternamente
la lentitud de la madrugada.

Laten los cuerpos estremecidos
en el tiempo de tus labios vagabundos.


Soledad Caballero Castro