Tupacamarú. Miguel O. Menassa
Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.Alcalá de Henares
NÚMERO 17. Domingo 27-09-2009
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.Alcalá de Henares
NÚMERO 17. Domingo 27-09-2009
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso
El futuro me llama. Miguel O. Menassa
AMORES QUE SE VAN
Desprendida de su piel amó la luz,
el resplandor, los besos, la vida acompañada
y a todos sus amantes.
Con las manos libres y los ojos pintados al azar
como los naipes de la baraja sobre la mesa,
abiertos en sus labios de sueño,
era su lecho una rosa de verso blanco.
Desprendida de su piel,
se puso una canción en la boca
y escribió, a los amores que se van,
un poema abrazada al cuerpo de la pasión.
Mónica López Bordón
El bosque invertido. Miguel O Menassa
SIEMPRE HUÉRFANO DE TUS LABIOS
veo trazarse el ave en vuelo
de otros labios
una hiedra menuda tiende un puente
de boca a boca
respiro y sigo el ritual cotidiano
de lo olvidable
en la mente surgen conjuntos
de palabras
avanzan en escalofrío sobre una pista
de ceniza
se anudan a mi garganta mientras mi cuello
en flor ondea
y en mis dedos se prende
la humedad
siempre con el mismo aire
de perdonavidas
huérfano enlabio tu nombre desalmado
en ausencia de otro
Piotr Rzany
Dialogo entre el loco y el poeta. Miguel O Menassa
“VOLVÉRE A ESCRIBIR”
Gabriel Celaya
Volveré a escribir del fulgor de tus ojos,
cuando avaricioso me rodeas con tus brazos,
encuentro de fuego y vida.
Amor perdurable en los entresijos del tiempo.
Nada nos será regalado mi amor,
te espero en el costado de la herida,
esa que se abre cuando enamorada te siento lejano
y excavo y busco entre los restos del naufragio,
las piezas que me faltan para llegar a ti.
Volveré a escribir del pasado que construimos,
de los fantasmas que huyen arrastrando sus míseras cadenas,
y ríen como centellas cuando sienten que se escapa la vida.
Sin embargo, nada se de cálculos secretos y misivas de oscuridad,
cuando mi piel hunde su lastre, en el vacío de la tristeza.
Pasó algo suave, quizás equivocado,
que roza sin herir más de lo indispensable.
Como un antiguo silencio que vulnera los misterios,
con el miedo que cae gota a gota por la sien,
y cambia de lugar una pequeña lágrima en su incipiente rodar,
a un caudal sin vereda que torpemente tiembla en soledad.
Volveré a escribir deshilando misterios.
Carmen Ortigosa Martín
Dueño de su vida y de su muerte. Miguel O. Menassa
"LA RUEDA DE LOS ASTROS NO ES INFINITA"
J.L.Borges
La noche en el Sur se presentaba tibia y sola,
las calles cóncavas y las aceras estrechas
circundaban una ciudad observada por el firmamento.
Muy poco sé de mis antepasados
-se decía- una y otra vez,
aquella voz sembrada de temores.
Me persigue la carne del tiempo, de la tierra, del olvido.
Un mar de arena en mitad de un místico desierto.
Las entrañas de la voz acercándose a la orilla de la palabra,
tenue, como si nunca hubiera sido,
indescifrable como el dolor,
retazo en la carne de tempestades inmóviles.
Sonreía sin lástima, sin ira,
la limpidez de una lágrima,
resbalaba sobre su vago rostro,
y entre nostálgicos suspiros,
le susurraba:
la rueda de los astros no es infinita.
Vicente Prada Gómez
Imprecisión. Miguel O. Menassa
LÁGRIMA SE ESCRIBE CON CENIZAS
Desenredo mi cuerpo en el hueco del amanecer.
Mis manos bailan de costado
trazando líneas de negro carmín
que acompañan nuestras caderas
más allá de las metáforas
que el reloj de la sangre
deshabita en violentas sacudidas.
El pavor humedece las palabras,
la sombra de los muertos
se refugia en su tumba,
y penetro en el silencio de una boca
de noches de vientre abierto.
La batalla se ha desplegado.
La tarde ha escrito nombres de mujer
en círculos desordenados,
y las regiones deshabitadas de mi piel
llaman a caricias que recorren la tierra alargándose hasta el sol,
buscando escuchar el susurro de un alma
que despierta en el primer día de la muerte.
Soledad Caballero Castro
AMORES QUE SE VAN
Desprendida de su piel amó la luz,
el resplandor, los besos, la vida acompañada
y a todos sus amantes.
Con las manos libres y los ojos pintados al azar
como los naipes de la baraja sobre la mesa,
abiertos en sus labios de sueño,
era su lecho una rosa de verso blanco.
Desprendida de su piel,
se puso una canción en la boca
y escribió, a los amores que se van,
un poema abrazada al cuerpo de la pasión.
Mónica López Bordón
El bosque invertido. Miguel O Menassa
SIEMPRE HUÉRFANO DE TUS LABIOS
veo trazarse el ave en vuelo
de otros labios
una hiedra menuda tiende un puente
de boca a boca
respiro y sigo el ritual cotidiano
de lo olvidable
en la mente surgen conjuntos
de palabras
avanzan en escalofrío sobre una pista
de ceniza
se anudan a mi garganta mientras mi cuello
en flor ondea
y en mis dedos se prende
la humedad
siempre con el mismo aire
de perdonavidas
huérfano enlabio tu nombre desalmado
en ausencia de otro
Piotr Rzany
Dialogo entre el loco y el poeta. Miguel O Menassa
“VOLVÉRE A ESCRIBIR”
Gabriel Celaya
Volveré a escribir del fulgor de tus ojos,
cuando avaricioso me rodeas con tus brazos,
encuentro de fuego y vida.
Amor perdurable en los entresijos del tiempo.
Nada nos será regalado mi amor,
te espero en el costado de la herida,
esa que se abre cuando enamorada te siento lejano
y excavo y busco entre los restos del naufragio,
las piezas que me faltan para llegar a ti.
Volveré a escribir del pasado que construimos,
de los fantasmas que huyen arrastrando sus míseras cadenas,
y ríen como centellas cuando sienten que se escapa la vida.
Sin embargo, nada se de cálculos secretos y misivas de oscuridad,
cuando mi piel hunde su lastre, en el vacío de la tristeza.
Pasó algo suave, quizás equivocado,
que roza sin herir más de lo indispensable.
Como un antiguo silencio que vulnera los misterios,
con el miedo que cae gota a gota por la sien,
y cambia de lugar una pequeña lágrima en su incipiente rodar,
a un caudal sin vereda que torpemente tiembla en soledad.
Volveré a escribir deshilando misterios.
Carmen Ortigosa Martín
Dueño de su vida y de su muerte. Miguel O. Menassa
"LA RUEDA DE LOS ASTROS NO ES INFINITA"
J.L.Borges
La noche en el Sur se presentaba tibia y sola,
las calles cóncavas y las aceras estrechas
circundaban una ciudad observada por el firmamento.
Muy poco sé de mis antepasados
-se decía- una y otra vez,
aquella voz sembrada de temores.
Me persigue la carne del tiempo, de la tierra, del olvido.
Un mar de arena en mitad de un místico desierto.
Las entrañas de la voz acercándose a la orilla de la palabra,
tenue, como si nunca hubiera sido,
indescifrable como el dolor,
retazo en la carne de tempestades inmóviles.
Sonreía sin lástima, sin ira,
la limpidez de una lágrima,
resbalaba sobre su vago rostro,
y entre nostálgicos suspiros,
le susurraba:
la rueda de los astros no es infinita.
Vicente Prada Gómez
Imprecisión. Miguel O. Menassa
LÁGRIMA SE ESCRIBE CON CENIZAS
Desenredo mi cuerpo en el hueco del amanecer.
Mis manos bailan de costado
trazando líneas de negro carmín
que acompañan nuestras caderas
más allá de las metáforas
que el reloj de la sangre
deshabita en violentas sacudidas.
El pavor humedece las palabras,
la sombra de los muertos
se refugia en su tumba,
y penetro en el silencio de una boca
de noches de vientre abierto.
La batalla se ha desplegado.
La tarde ha escrito nombres de mujer
en círculos desordenados,
y las regiones deshabitadas de mi piel
llaman a caricias que recorren la tierra alargándose hasta el sol,
buscando escuchar el susurro de un alma
que despierta en el primer día de la muerte.
Soledad Caballero Castro
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