Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA - Revista virtual de poesía -
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 24. Domingo 29-11-2009
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso
La señorita de la librería. Miguel O. Menassa
OTRO CIELO NO ESPERES, NI OTRO INFIERNO
Otro cielo no esperes,
el vuelo de la alondra
anticipa nuestro abrazo
en el beso de las flores
y la conciencia pintando
un círculo sobre la arena
mojada de nuestra piel.
Ni otro infierno esperes
del fuego ardiendo
en la fragua de Vulcano
y su brazo rodeando
al rojo vivo
la palabra pronunciada.
El camino recorrido
roza desesperadamente
las noches amadas.
Vida resplandeciente y vestida
con nuestro deseo de amor.
Estremecidos, habitamos
todas las miradas inalcanzables
de este siglo
sin piedad.
MÓNICA LÓPEZ BORDÓN
Blanca extranjera mía. Miguel O. MenassaOtro cielo no esperes,
el vuelo de la alondra
anticipa nuestro abrazo
en el beso de las flores
y la conciencia pintando
un círculo sobre la arena
mojada de nuestra piel.
Ni otro infierno esperes
del fuego ardiendo
en la fragua de Vulcano
y su brazo rodeando
al rojo vivo
la palabra pronunciada.
El camino recorrido
roza desesperadamente
las noches amadas.
Vida resplandeciente y vestida
con nuestro deseo de amor.
Estremecidos, habitamos
todas las miradas inalcanzables
de este siglo
sin piedad.
MÓNICA LÓPEZ BORDÓN
OTRO CIELO NO ESPEREIS, NI OTRO INFIERNO
Con paso seguro y en voz baja
para atravesar la puerta burlona
que acaricia los sueños,
ella contaba la belleza de la oscuridad,
el secreto inmortal de los deseos,
la caída de los espíritus imprevistos,
la intensidad de los besos inventados.
Con paso lento y en voz baja
para que el mundo no incendiara la tristeza,
él buscaba la luz entre labios de lluvia,
besaba trémulo la palidez de su sexo,
vagaba por las noches imperfectas
donde la existencia palpitante
hormiguea por el centro de la calle.
Como amantes extraviados,
se deslizan lentamente
entre una tempestad de mordiscos,
a cada instante, nacen
a cada instante, mueren
y una voz lejana llama su atención:
más allá del tiempo y del espacio,
otro cielo no espereis, ni otro infierno.
Con paso seguro y en voz baja
para atravesar la puerta burlona
que acaricia los sueños,
ella contaba la belleza de la oscuridad,
el secreto inmortal de los deseos,
la caída de los espíritus imprevistos,
la intensidad de los besos inventados.
Con paso lento y en voz baja
para que el mundo no incendiara la tristeza,
él buscaba la luz entre labios de lluvia,
besaba trémulo la palidez de su sexo,
vagaba por las noches imperfectas
donde la existencia palpitante
hormiguea por el centro de la calle.
Como amantes extraviados,
se deslizan lentamente
entre una tempestad de mordiscos,
a cada instante, nacen
a cada instante, mueren
y una voz lejana llama su atención:
más allá del tiempo y del espacio,
otro cielo no espereis, ni otro infierno.
VICENTE PRADA GÓMEZ
Gemidos del viento. Miguel O. Menassa
UNA TRISTEZA EN LA MIRADA
Se despierta la noche de Otoño,
entre las sábanas aún tibias donde los cuerpos,
vencidos de nostalgia,
con máscaras de garganta muda
quiebran lágrimas de paso desdibujado
con el viento garabateando amantes de sombra azul.
Se escucha el eco del abismo en el borde del silencio,
bailan unos labios al compás de brazos precipitados,
la sangre se abre a los secretos,
escribiendo en el horizonte con piel de memoria
versos desnudos de tiempo.
Una mirada tatúa el revés de las huellas.
Pasión desatada en los márgenes de la madrugada
de vientre blanco.
SOLEDAD CABALLERO CASTRO La que el ser ocultó. Miguel O. Menassa
OTRO CIELO NO ESPERES, NI OTRO INFIERNO
Volverán a sentarse aquí,
en el regazo de mi falda,
vomitando amargo perfume,
en las fisuras del recuerdo.
Si he de partir no quiero recuerdos vanos,
ni falsas penas de ayer.
Los que llegan a mí,
erguidos como juncos cimbreantes,
nada saben de guerras sin sentido.
O de aquel que huyo en la marina mercante,
y quedo perdido en los brazos
de una mujer de pechos marchitos.
Nadie sabe donde esta la calle victoriosa
que despierta el temblor
y hace respirar en todos pechos.
O dónde soñar el sueño furioso
que estremece la conciencia,
para después morir en las palabras despiertas.
CARMEN ORTIGOSA MARTÍN Y, ahí, comprendereis. Miguel O. Menassa
EL AZUL PERTENECE AL CIELO
se quedan mirando sin más… es lo triste de los árboles
mientras el azul parte las bocas abiertas en dos
y descubre que hay una canción para hacer crecer
en secreto un naranjo
y siempre alberga esperanza sentado sobre traseros
esqueléticos de los perros
y para oírse necesita palabras enormes
escritas con una serie de relámpagos en tu modo
de mirarme y en el de no mirarme todas las veces
que ha estado a punto de extender tu mano y se ha detenido…
el azul bosteza y gruñe intentando atrapar a dentelladas
los sueños donde el otro cielo y otro infierno
son las ciudades del alma
y una vez al gritarte el azul se adhiere a tus huesudas rodillas
y te prende una sonrisa de una mejilla y la oscuridad de la otra
en ese momento pegajoso en el que tu corazón
quiere salirse del pecho y
si insistes el azul pertenece al cielo
y en principio no puede robarse
¿y si te contara que el otro cielo y otro infierno
empiezan en el mar?
PIORT RZANY
Se despierta la noche de Otoño,
entre las sábanas aún tibias donde los cuerpos,
vencidos de nostalgia,
con máscaras de garganta muda
quiebran lágrimas de paso desdibujado
con el viento garabateando amantes de sombra azul.
Se escucha el eco del abismo en el borde del silencio,
bailan unos labios al compás de brazos precipitados,
la sangre se abre a los secretos,
escribiendo en el horizonte con piel de memoria
versos desnudos de tiempo.
Una mirada tatúa el revés de las huellas.
Pasión desatada en los márgenes de la madrugada
de vientre blanco.
SOLEDAD CABALLERO CASTRO La que el ser ocultó. Miguel O. Menassa
OTRO CIELO NO ESPERES, NI OTRO INFIERNO
Volverán a sentarse aquí,
en el regazo de mi falda,
vomitando amargo perfume,
en las fisuras del recuerdo.
Si he de partir no quiero recuerdos vanos,
ni falsas penas de ayer.
Los que llegan a mí,
erguidos como juncos cimbreantes,
nada saben de guerras sin sentido.
O de aquel que huyo en la marina mercante,
y quedo perdido en los brazos
de una mujer de pechos marchitos.
Nadie sabe donde esta la calle victoriosa
que despierta el temblor
y hace respirar en todos pechos.
O dónde soñar el sueño furioso
que estremece la conciencia,
para después morir en las palabras despiertas.
CARMEN ORTIGOSA MARTÍN Y, ahí, comprendereis. Miguel O. Menassa
EL AZUL PERTENECE AL CIELO
se quedan mirando sin más… es lo triste de los árboles
mientras el azul parte las bocas abiertas en dos
y descubre que hay una canción para hacer crecer
en secreto un naranjo
y siempre alberga esperanza sentado sobre traseros
esqueléticos de los perros
y para oírse necesita palabras enormes
escritas con una serie de relámpagos en tu modo
de mirarme y en el de no mirarme todas las veces
que ha estado a punto de extender tu mano y se ha detenido…
el azul bosteza y gruñe intentando atrapar a dentelladas
los sueños donde el otro cielo y otro infierno
son las ciudades del alma
y una vez al gritarte el azul se adhiere a tus huesudas rodillas
y te prende una sonrisa de una mejilla y la oscuridad de la otra
en ese momento pegajoso en el que tu corazón
quiere salirse del pecho y
si insistes el azul pertenece al cielo
y en principio no puede robarse
¿y si te contara que el otro cielo y otro infierno
empiezan en el mar?
PIORT RZANY
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
HOJA DE VIDA
DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES DE NAVIDAD 2009 ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE CREPUSCULO.
José
ramón...