domingo, 1 de marzo de 2009

Hoja de vida. TALLER DE POESÍA DOMINGO 1 DE MARZO DE 2009


"Tupacamarú". Miguel Oscar Menassa

Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa

HOJA DE VIDA
-Revista virtual de poesía-
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares


NÚMERO 3. Domingo 1-03-2009

Coordinador: Carlos Fernández del Ganso





"Creciendo entre las sombras". Miguel Oscar Menassa

A VECES TROPIEZO CON EL OTRO

A veces era el silbido del viento
el que me orientaba los pasos,
siguiendo una ráfaga
envuelta en el azul-violeta del tardecer.

A veces llego a la amplia geografía de tu nombre,
navegando por tus islas con una boca avariciosa,
deteniéndome en las oquedades
que me alumbran otros encuentros.

Me desprendo de tu amor como una lágrima lejana,
mientras cuido el agua y el fuego para el sustento diario.

Pero tú quieres que sea una odalisca entre tus piernas
y te alejas entre el fuego que te devora.
Después regresas a pagar con besos de muerto,
los estertores de la ultima conciencia .

Quieres saber, quién pronunciará la última sílaba,
quién se rendirá ante los pechos de la última virgen.

Te devora la incertidumbre que te hizo caer hacia arriba,
mientras te sostienes en mi perfil de mujer que espera,
para dar un paso atrás y crear el siguiente horizonte.
Recuerda que vivimos tantas noches sin estrellas,
que andamos tantos caminos de guijarros,
que tropezamos con nuestras palabras,
para apropiarnos de nuestros destinos.

Carmen Ortigosa Martín








"Atardecer en el laberinto". Miguel Oscar Menassa


EN EL VAIVÉN DEL VACÍO

La mañana se aparece pálida
después de una larga noche
con hojas de Otoño deslizándose
a los pies de una mujer
que vuela sobre cristales de humo.

La ciudad se ve cautiva de huesos
que dormitan a un nuevo día desnudo de cielo,
en el revés de los desgarrados olvidos de oscura cicatriz.

El sol se abre a la altura del alba.
La sangre fluye en el diccionario de fantasmas,
vagabundos de alma
que en el vaivén de la distancia,
visten lágrimas con piel de vientre prisionero,
y unas manos desatadas de latidos
giran en desiertos de arena solitaria.


Soledad Caballero Castro



"Pampa lejana". Miguel Oscar Menassa
ELEGÍA

A mi padre


Era el que respiró cálidos aires nocturnos,
el que transitó frágiles rutas
en busca de hallazgos imposibles.

Maravillas de la soledad,
donde los ecos de sueños infantiles,
despertaron su mente desierta,
animal de costumbres
manchado por el gris del aire,
por la nieve entre las palmas de las manos,
por la arena de los mares.

Triste sin realidad,
fantasma de sí mismo,
sombra perfecta,
infierno de angustia y deseo.

Un día de estío eligió la muerte,
no concedió más tregua a la vida,
borrar lo imborrable,
no saber nada,
no querer nada,
y sin embargo,
amó con pasión
la sombra naciente de la tarde.

Y con mudo dolor,
esculpió trémulos castaños,
roncos suspiros,
rumor de efímeros viajes hacia el Oriente.

Y antes de partir,
una blanca paloma se posó sobre su corazón
y con voz tenue le susurró:
“un padre no muere,
si fue capaz de hablar
antes de morir”.


Vicente Prada Gómez





"El alquimista". Miguel Oscar Menassa

EL JARDÍN DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN

Anduvo una vez, y otra y otra…
Había tenido un virginal despertar cuando la noche fluía suntuosa
con la piel manchada de viento.
Su gesto de piedra evocador desleía cada verso de cristal
que resonaba en su garganta.
Exhalaba un pulso dilatado como si caminar en círculo
y abrazar al baobab del sendero
no fuera suficiente para seguir avanzando.
En griego, me dijo que no tuvo en cuenta su noble encanto, íntimo
y de estepa revolando con hojas de oro.
Insinuó que tenía una mitad de miedo
y otra mitad de frío que superaba
con el candelabro prendido, a todo gas, en la caverna.
Su cuerpo había empequeñecido tanto
que sus ojos azules encontraron un abanico
de formas oscuras y ofendidas.
Lloraba con un vestido blanco.
Anduvo de nuevo. Risueña y fugaz, errante.
Misteriosa y silenciosa contó que era la muerte una mujer.


Mónica López Bordón

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