viernes, 20 de marzo de 2009

HOJA DE VIDA. NÚMERO 5. - Revista virtual de Poesía -

"Tupacamarú". Miguel Oscar Menassa

Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA
-Revista virtual de poesía-
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 5. Domingo 15-03-2009
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso
"Escondida en el bosque". Miguel Oscar Menassa

LOS PECHOS DE LA MADRE
Estoy cobijándome de la oscuridad
en el desnudo hueco de las manos,
regurgitando el frío que me sale de los poros,
empeñándome en nacer cada mañana.
Antes de sucumbir a la llamada de la sangre,
antes de que nos aniquilen la lengua
o nos cierren los ojos en el último día.
Con el asco oportuno de la enferma piedad
o la insostenible sombra de la duda.
Cuando nos ríe la hiena de turno
con la afilada voz de cigarra nocturna
que muere sin remedio en cada estío.
Respiraré fuera de estas cuatro paredes
para descubrir el otro amor,
sin mirar espejos claros
donde amor y diamantes brillan por sí mismos
y no dentro de nosotros.
Carmen Ortigosa Martín


"Entre papeles y albatros". Miguel Oscar Menassa
TUMBA DE PÁJARO
Se fragua una ternura en mis párpados,
vuelo de golondrinas en el costado
del deseo, a la altura de una boca
empapada con el mítico brindis del olvido
adueñándose del vértigo de la luna.
Ruge una letanía, largamente adormecida
en un temblor milenario.
Mi vientre se abre habitado
de sangre en el regazo de la noche.
Una amarga dimensión, doblega el miedo
con la certeza de la muerte.
Tiembla mi carne.
Es el desnudo que se derrama
desgastado en las grietas
que develan unas manos,
resistiendo al paisaje de espesura abierta y de silencio
que descubre la calma en la pasión de pasos disueltos
con los dedos-palabras que la historia atrapa
en la sombra de la tierra.
Soledad Caballero Castro

"Tragados por el viento". Miguel Oscar Menassa
MIEDO

Tan vertical, tan inesperado,
tensa el alma y la carne,
cuerda de un violín que toca una melodía de vida.
Sucediéndose como el día a la noche,
como el estío al invierno,
siempre intentando escapar de una sombra, un sueño más.
Muerde el dolor entre sus brazos,
dichas inalcanzables,
dádivas caídas del más frondoso árbol,
isla huyendo de aquel mapa
que pasó junto a mi sombra,
vestido de mujer.
Camina la esperanza y tiemblo a su paso,
me arrastra,
me iré a vivir con ella las noches de otoño,
los verbos indecisos.
No, no quiero cerrar las puertas a la noche,
que la brisa del mar acaricie mi rostro,
sin temor a que tropiece.
Cuando vuelva, desatado, implacable,
clavaré mi mirada en su cándido pecho,
y con lenta voz le susurraré:
no necesito tiempo para saber quién eres,
despójate de esa máscara de carnaval
que aplasta la paciencia y el mundo
y dime:
¿sabes cómo te llamas?.
Vicente Prada Gómez

"Relámpago cero". Miguel Oscar Menassa
LA HELADA OSCURIDAD DESIERTA

Cae la tarde encadenada, abatida….
Viene cabalgando en los vientos del olvido.
Al dorso de sus ojos trae
las batallas perdidas,
sangre bajo los pies
dejando huellas consumadas.
Tiene la oscuridad solapada en sus alas,
una espalda desnuda
y el diptongo tenaz y reflejado del mundo.
Lento el caminar
lento y fugaz
lento y náufrago.
¿Por qué amo el frío del invierno
y el oasis en los besos húmedos,
reconstruidos,
a golpe de noches,
de silencio,
de mudez contenida?
¿Porqué el plural,
ese estandarte clásico de lo humano
esta vez fue una tormenta ahogada,
profunda y vacía?
Terminé caminando con la tarde,
caída de mí misma,
por un cementerio oscuro.
Nos quedamos sin alma,
mordiendo el abismo
y sabiendo que huíamos hacia
ningún lugar
de la helada oscuridad desierta
Mónica López Bordón

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