domingo, 19 de abril de 2009

Hoja de Vida - NÚMERO 8 - Revista virtual de Poesía.

“Tupacamarú”. Miguel Oscar Menassa

Escuela de Poesía Grupo Cero
Director: Miguel Oscar Menassa
HOJA DE VIDA
-Revista virtual de poesía-
Taller de los domingos a las 17.00h.
Alcalá de Henares
NÚMERO 8. Domingo 5-04-2009
Coordinador: Carlos Fernández del Ganso

"Cuando estábamos con gente". Miguel Oscar Menassa

SUEÑOS EN EL FONDO DEL OCÉANO

A veces, el océano pasa rozando las habitaciones
como un mendigo de terrible voz,
y hasta mis uñas quieren huir.
Enrique Molin
a

Otra vez sentí el dogal sobre mi cuello más allá del tiempo.
Mientras el cuerpo del esqueleto rígido en el comienzo,
desdobla músculos y tendones,
y con dedos descarnados
señala la próxima salida.
Me envuelvo en el tiempo de espera densa.
El amor se diluye en el hervidero de la sangre,
la muerte pasa veloz sin rozarme,
pero me advierte ¡Aún es pronto, volveré a buscarte!
Con la piel que palpita atisbando el horizonte,
la grandeza humana empequeñece la ira,
volando hacia el paraíso
mientras cierra la herida.
Después de la cansada inmovilidad,
derrama la luz el calor necesario,
para sentir el gozo, sangre o latido.
Carmen Ortigosa Martín

"Atardecer en el Retiro". Miguel Menassa

MIENTRAS QUIERO TOCARTE

Deshabitada de piel,
mis manos se enredan
entre tu cuerpo,
naciendo entre la angustia
a un huracán de confusas amarguras
vacías de mirada,
con el sabor de las estrellas
convertido en recuerdo desprendido de una lágrima
prolongada hasta un sueño,
desnudo de soledad.
La muerte,
se tiende a mis pies
mientras se burla del miedo a la vida,
de las huellas de viejos inquilinos,
del diluido viaje
entre las islas deshabitadas de alma.
El viento mueve la distancia
en el borde inasible de la noche
abandonando cuerpos sonámbulos
en el margen que habita la tierra atravesada
Soledad Caballero Castro

"El mercader de Venecia". Miguel Menassa

EL PINTOR DE MIS SUEÑOS

Es mi vida y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que
las lleva.
Luis Cernuda.

Veía sentado en la acera
con un cierto ademán de olvido,
la intensidad siempre azul de aquel cielo.
Veía los semblantes,
las caídas de las hojas,
el rugido de los motores,
atrapando el asfalto,
los hombres caminando hacia el trabajo,
las mujeres cuidando sus retoños.
Veía aquellos muros infranqueables,
los reinos por conquistar,
aquellas adolescentes de pechos turgentes.
Veía mi juventud ganada y perdida,
dédalo de amores,
mi cuerpo,
acompañado de extrañas horas,
distante de la verdad.
En ese paisaje de extrañas sombras y anónimos
colores,
mis manos solas,
iban pintando un mundo satisfecho,
un cuerpo que no era el mío,
una vida sin dueño,
y mis manos pintaban y pintaban
brazos de cerca y de lejos,
hojas que rozaban mejillas
como caricias que besan una frente juvenil.
Aquel paisaje de sueños
me hería, me besaba,
brazos descoloridos,
ramas luminosas
entrelazándose estrechamente
como hacen los amantes.
Trazé la muerte de esa mirada
y pinté cuantas vidas se hallan en un acento.
Arrebatados ojos brillaban como diamantes,
el sol se desmayaba entre cristales,
la noche era mi venganza
y mi cuerpo una risa burlona.
Un sueño, un grito, acaso un eco.
Vicente Prada Gómez

"Amor sin fronteras (El Amanecer)". Miguel Menassa

PATRIA EN FLOR
Aquel hombre quería hacer una revolución.
Llenó las palabras de misterio,
de acentos circunflejos colocados singularmente
en los labios descosidos de su boca abierta,
dividida, desterrada de su patria en flor.
Estaba apunto de comenzar a envejecer.
Su silueta la dibujaba en sepia
como si fuera un cuadrado redondo
o un triángulo en trapecio.
Siempre le había gustado ser una forma,
una forma disyuntiva, disgregada
y dividida de la luna.
Aquel hombre era feliz y caminaba
con todas sus sílabas bajo el brazo
como si llevara un libro de adivinanzas
escrito en griego.
De la revolución se quedó con el perfil de la muerte
y con el alma abreviada en tres letras de amor.
Mónica López Bordón





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